¿Sabías que siempre ha existido una España hechizada? Una España embrujada de aquelarres, de demonolatría, de magia negra, de hechizos, embrujamientos, sortilegios, conjuros, invocaciones, maleficios, males de ojo y enredos de hechiceras, de celestinas y alcahuetas, de coruxas y de meigas, de guaxas y de guajonas, de espantabruxas y cazadores de brujas, de inquisidores y de hogueras, de Malleus Maleficarum y de endemoniadas, de canibalismo y de comeniños, de nigromancia y de pactos diabólicos, de reyes hechizados y de sillones endemoniados. Pero también una España hechizada de mujeres empoderadas y de pensamiento mágico, de conocimientos botánicos y curativos, de visionarias y de vigías.